La investigación educativa en América Latina y El Caribe
PAIDEIA XXI
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XXI es mejorar la calidad de la edu-
cación, tratando de lograr la misma
oportunidad para todos los sectores
sociales.
Respecto a la Educación Superior,
esta debía de haber jugado un rol
predominante en lo relacionado con
la elevación de la calidad educacio-
nal en la región, pero la UNESCO,
en la Declaración Mundial sobre la
Educación Superior en el siglo XXI:
Visión y Acción (1999), plantea que
esta «se enfrenta en todas las par-
tes a desafíos y dificultades relati-
vos a la financiación, la igualdad de
condiciones de acceso a los estudios
y en el transcurso de los mismos,
una mejor capacitación del personal,
la formación basada en las compe-
tencias, la mejora y conservación de
la calidad de la enseñanza, la inves-
tigación y los servicios…».
La educación superior debe ha-
cer frente tanto a los retos que su-
ponen las nuevas oportunidades que
abren las tecnologías, como a mejo-
rar la manera de producir, organi-
zar, difundir y controlar el saber y el
acceder al mismo. Deberá garanti-
zarse un acceso equitativo a estas
tecnologías en todos los niveles de
los sistemas de enseñanza.
Continúa la Declaración plan-
teando que también es la época en
que se ha agudizado aún más la dis-
paridad, que ya era enorme, entre
los países industrialmente desarro-
llados y los países en desarrollo, en
particular los menos adelantados, en
lo que respecta al acceso a la edu-
cación superior y a la investigación,
así como con los recursos que dispo-
nen. Ha sido igualmente una época
de mayor estratificación socioeconó-
mica y de aumento de las diferen-
cias de oportunidades de enseñan-
za dentro de los propios países, in-
cluso en algunos de los más desa-
rrollados y más ricos. Si se carece
de instituciones de educación supe-
rior e investigación adecuadas que
formen a una masa crítica de per-
sonas cualificadas y cultas, ningún
país podrá garantizar un auténtico
desarrollo endógeno y sostenible; los
países en desarrollo y, los países po-
bres en particular, no podrán acor-
tar la distancia que los separa de los
países desarrollados industrializa-
dos. El intercambio de conocimien-
tos, la cooperación internacional y
las nuevas tecnologías pueden brin-
dar nuevas oportunidades de redu-
cir esta disparidad»1
Existe el criterio de que la Edu-
cación Superior debe responder a la
formación de profesionales básicos
y funcionales del mundo del merca-
do laboral, mientras que otra co-
rriente, que se pudiera considerar
más avanzada, plantea que se ne-
cesitan profesionales más integra-
les, que les permitan convertirse en
científicos e investigadores.
La propia Declaración de la
UNESCO señala que es «función de
la Educación Superior, promover,
generar y difundir conocimientos
por medio de la investigación y,
como parte de los servicios que ha
de prestar a la comunidad, propor-
cionar las competencias técnicas