Arce-Rojas
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PAIDEIA XXI
2011; Franco, 2012; Alem, 2012;
Barrantes et al., 2016; Álvarez, 2018;
Porto, 2018; Dourojeanni, 2019),
Amazonía como un gran territorio vacío
y desaprovechado (Espinosa, 2009;
Alem, 2012) y tierra de nadie (López,
2011; Cañadas, 2013). Amazonía
como zona remota, periférica,
marginal, la última frontera (Alem,
2012). Como territorio despoblado
(Posey, 1996; Alem, 2012), debe ser
el territorio que hay que colonizar
con campesinos migrantes de otras
zonas donde no pueden tener acceso
a la tierra (Espinosa, 2009). Esta es
una visión interesada que buscaba
invisibilizar a los pueblos indígenas
y comunidades locales (Porto, 2018).
Este mito por tratarse de una leyenda
compartida por pobres y ricos,
obreros y empresarios, intelectuales
y analfabetos, tiene asegurada su
aceptación general (Mansilla, 1997).
Esta visión ha sido permanente-
mente fuente de conictos. La doctri-
na del Presidente Fernando Belaúnde
Terry “La conquista del Perú por los
peruanos” implicó la ocupación desor-
denada de la Amazonia y la agresión a
los pueblos indígenas no contactados
(Dourojeanni, 2017).
Constitucionalmente las comuni-
dade
s nativas y sus tierras deben ser
protegidos pero en la práctica su in-
tegridad territorial no ha sido respe-
tada (ONDS, 2013, 14). Actualmente
hay un proceso orientado a avanzar
signicativamente en el proceso de ti-
tulación de las comunidades nativas
tanto por la propia presión de los pue-
blos indígenas como para responder a
compromisos internacionales relati-
vos
a temas de cambio climático.
La información cientíca con la
que se dispone actualmente permite
armar que la Amazonía tiene una
larga historia de ocupación humana
(BID, PNUD & TCA, 1992) con vestigios
de grandes desarrollos culturales en
Brasil, Perú y Bolivia (Dourojeanni,
1998). En el año 1940 la proporción de
la población amazónica representaba
el 6,7% de la población nacional,
en el año 2017 esta participación
porcentual se incrementó a 13,9 (INEI,
2017).
Un tercer mito reere a la rique-
za amazónica y como tal considerada
como tierras fértiles, tierras ubérri-
mas, tierras de inmensas posibili-
dades (Brack, 1994; Álvarez, 2007),
Amazonía como “reserva” y fuente in-
agotable de recursos (Porto, 2018), el
paraíso (Posey, 1996). Este mito deri-
va de los mitos de los conquistadores
que consideraban a la Amazonía como
«el Dorado», «el Paititi» o «el País de la
canela» (CDMA,1992; Brack, 1994;
Fuller, 2002; Espinosa, 2009).
También se señala el mito de la
Amazonía como tierras promisorias
(Montoya, 2009), Amazonía como
región del futuro (Porto, 2018).
Asociado a la riqueza amazónica
se cuenta con el mito de la enorme
riqueza maderera de la Amazonia
peruana (Dourojeanni, 2019). Este
mito convoca inmediatamente a
un tema asociado que reere a
la viabilidad del manejo forestal
(Dourojeanni, 2019). Este último mito
no ha sido sucientemente aquilatado
por la comunidad forestal en el Perú.
Asimismo, se encuentra entre los temas