INTRODUCCIÓN
La enseñanza universitaria data
de 1119 dc, cuando surge en Bolonia
la primera universidad, concebida
desde entonces como una institución
fundamental en la sociedad para la
conservación y desarrollo de su cultura
(Yarden et al., 2004; Lemos, 2008,
Armiñana, 2014). A partir de entonces
comienzan a proliferar en diferentes
países y continentes instituciones
similares. En Cuba, recoge la historia,
no es hasta mediado del siglo XVII
cuando, en el Convento de San Juan
de Letrán, viendo la necesidad de dar
categoría universitaria al currículo y
expedir títulos académicos, solicitan
la autorización real y se funda el 5
de enero de 1728 la Real y Pontificia
Universidad de San Jerónimo de La
Habana (Blanco, 1999; Hernández et
al., 2011, Armiñana; 2014).
La Educación Superior en Cuba,
desde sus orígenes, al fundarse en
1728 la Universidad de La Habana,
ha transitado por diferentes etapas.
Muchas han sido las transformaciones
que desde esta fecha se han
experimentado (Hernández et al.,
2011, Armiñana; 2019).
Según Sánchez & Corona (2017),
el desarrollo de la educación superior
constituye un importante instrumento
para poder alcanzar niveles aceptables
de desarrollo humano; por ello, la
universidad tiene que cumplir un rol
transformador en nuestras sociedades,
para lo cual debe ser impulsada
desde los estados y tiene que vibrar al
compás de los nuevos tiempos.
En la actualidad, la educación
superior cubana está enfrascada en
mantener su modelo de universidad
moderna, humanista, universalizada,
científica, tecnológica, innovadora e
integrada a la sociedad. Una univer-
sidad caracterizada por la formación
de valores y por el aseguramiento de
la calidad de sus procesos sustanti-
vos, en aras de lograr un egresado que
posea cualidades personales, cultura
y habilidades profesionales que le per-
mitan desempeñarse con responsabi-
lidad social, y que propicie su educa-
ción para toda la vida. Uno de los retos
a vencer, para el logro de lo anterior,
es contar con diseños curriculares
pertinentes que sienten las bases para
propiciar un incremento continuo de
la calidad y la eficacia en la formación
integral de los profesionales del país
(MES, 2016ac).
El Ministerio de Educación (MI-
NED) y el Ministerio de Educación
Superior (MES) en Cuba, trabajan
actualmente en las tareas de perfec-
cionamiento continuo del Sistema Na-
cional de Educación (SNE), con vistas
a actualizar el contenido de planes,
programas, libros de texto y otros ma-
teriales docentes en todos los niveles
y tipos de enseñanza (Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
CITMA, 2016).
Armiñana (2014), desde el año
1977 hasta la fecha se han aplicado
cuatro generaciones de planes de
estudio, como resultado de los cambios
económicos, culturales y sociales que
ha experimentado Cuba, en respuesta
a las condiciones del contexto nacional
e internacional en que está inmerso.
Los diferentes planes de
estudio llamados: A, B, C y D,